Transcribo
parte del mail que envió al Coro donde canto una compañera, medica psiquiatra del
Borda, y Coordinadora del equipo de Profesionales del Hospital de Dia en el
Tobar Garcia, para explicar por qué no vino a cantar el espectáculo que hicimos
el día sábado:
“No puedo en realidad
describir elocuentemente, lo vivido por mí el viernes en el BORDA.
Miedo, bronca, furia, dolor, indefensión, soledad, compañerismo, recuerdos, fantasmas, desasosiego, asco....”.
Miedo, bronca, furia, dolor, indefensión, soledad, compañerismo, recuerdos, fantasmas, desasosiego, asco....”.
Yo también tengo una sensación
de asco en la boca del estómago…
Hace
unas semanas me sorprendieron comentarios de algunos amigos y conocidos
convocando a la movilización (otra vez supuestamente espontanea) del 18A. Gente
querida con legítimo derecho al disenso y a pensar y hacer lo que se les canta,
como cualquiera de nosotros. Uno de los ejes de aquella convocatoria era “el
evidente avasallamiento del poder judicial que intenta el gobierno argentino”
mandando ESAS leyes para discutir al Congreso de la Nación.
El día
viernes pasado el gobierno porteño perpetró no solo un acto de represión salvaje
contra internos, médicos, trabajadores de la salud, periodistas y militantes que
intentaban parar la entrada de las topadoras, sino que finalmente y mientras se
armaba una batahola que terminó con 50 heridos, las mentadas topadoras
arrasaron con el Pabellón donde funcionaba el Taller Protegido Nº 19 en el cual
los internos que no pueden, por su estado de insania, salir del Hospital hacían
terapia ocupacional y trabajaban construyendo muebles y objetos que luego se
reparten en los 33 hospitales municipales.
El Taller
Protegido Nº 19 se reabrió en enero de este año luego de que el Juzgado Porteño
en lo Contencioso Administrativo ordenara una Medida Cautelar a favor de su
funcionamiento, medida que además contaba con un fallo ratificatorio en 2da
Instancia. Y el patrocinio del Defensor del Pueblo de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. (Toda esta es información fácil de conseguir en la web).
O sea
que el Gobernador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no solo es responsable
de la represión brutal con gas pimienta, golpes y balas de pintura y de goma a
la protesta social, sino que además se ha cagado en la Ley con total y absoluta
impunidad. Y este acto –pobre caricatura del Nerón romano- de cagarse en la Ley
al que acostumbra el Gobernador de la Ciudad Autónoma
no ha encontrado siquiera un tibio repudio de los “indignados de la C.A.B.A.”
en las redes sociales.
No sorprende
que La Nación o Clarín titularan “Graves Incidentes” para referirse a los
sucesos y que en su edición de sábado y domingo el tema este virtualmente
ausente. Es la misma estrategia comunicacional que estos dos diarios usaban
durante el Proceso. Es la misma estrategia comunicacional con la que Clarin tituló
“La crisis causó 2 nuevas muertes” el 26/6/2002 para “informar” sobre los hechos
en que fueron asesinados Maxi Kosteki y Dario Santillan. No sorprende tampoco
que Montenegro declare que “los momentos vividos el viernes no fueron buenos
momentos” y que “acá hay una discusión de valores para ver si está
bien escupir a un policía". No sorprende que Macri llame a “no ceder ante los violentos” refiriéndose
a los internos del Borda y a los trabajadores de la Salud que intentaban pedir
explicaciones y la orden judicial que habilitara ese ingreso forzado de policías
y topadoras. Ni siquiera y lamentablemente sorprende que el Gobierno porteño
elija horarios de la mañana tempranísimo o de la noche tardísimo para violar la
ley, al más puro estilo de los Camisas Negras.
Lo
que si sorprende, indigna, duele y causa (me causa) como una vergüenza ajena,
es que todos los enojados defensores de un supuesto bien común que se
manifiestan -como corresponde a un estado de derecho- con libertad de acción y expresión,
actúen tan estupidamente el dicho popular de que “todos somos iguales ante la
ley, pero hay algunos más iguales que otros”.